miércoles, 30 de septiembre de 2009

Imág. secundarias de la Pasión según Sevilla.(III)


Fotografía: flickr.


III. LA CANINA Y SU AMIGO ER DRAGÓN.


"MORS MORTEM SUPERAVIT". "La muerte venció a la muerte", así se indica en uno de los sudarios que ayudaron a bajar de la cruz el cuerpo der Señó, en uno de los pasos de la Cofradía del Santo Entierro, ener del Triunfo de la Santa Cruz sobre la Muerte. Aquí en Sevilla gusta mucho largá en latín (le da consistencia ar tema que uno trate, da más peso "específicum cum laude"). A la pobre Canina der Santo Entierro le pusieron detrás un latinazgo auténtico de sambenito (¡ojo!, de sambenito, no de San Benito...eh).

¿Por qué es tan extrano este paso de La Canina? ¿Disminuye el tamaño de la Canina? ¿Va a desaparecer? ¿Es Canina suelta o Canina sujeta?...Veremos...


Seamos serios que la cosa lo merece. El paso de La Canina, triste y reflexiva, sentada en la bola del mundo (sin achatamiento por los polos), y su amigo el Dragón agazapado entre las yedras. ¿Un Dragón entre las yedras? Sí, y es figura ésta que curiosamente inspira cierta ternura...y es que parece que tiene algo de perro inocente que quiera alegrar a su ama y señora, que le trae una manzana en la boca para que La Canina se la tire y él vaya a por ella. T
iene algo de Dragón domesticado, y por eso apenas da miedo, porque parece que le pide juego a su dueña al verla tan triste; le lleva la manzana del pecado para que se la arroje unos pasos más adelante y él la recoja entre los dientes y vuelva, perruno, absurdo y orgulloso, a entregársela... y es que se ve a leguas que es un Dragón faldero.

Es cierto que este paso invita a la reflexión más profunda y a otras no menos curiosas. Creo que a los cofrades se le fue la cosa de las manos, quisieron dar una lección tétrica y solemne, sobre la muerte y el pecado; pero les salió una lección de melancolía y tristeza contenida. En realidad ese paso no da miedo, da pena jonda. La Canina y su amigo er Dragón también conmueven el espíritu del buen cristiano...Y por ello habrá siempre algún cofrade, devoto y piadoso (un poquito heresiarca) que venere a escondidas, en algún rincón de la Iglesia, a La Canina; algún músico loco que le dedique una marcha ("Canina Coronada","Mater Caninorum", o "Reina de San Gregorio"); y algún poeta menor que le dedique sus versos más fervientes y recónditos.


Pero también La Canina tuvo, tiene y tendrá, sus acérrimos detractores...

Cuentan esos evangelistas populares que La Canina no era paso de buen gusto. Es decir, que a muchos no les agradaba la idea de que ese paso se detuviera ante sus narices. Vamos, que les daba jindama y miedo, y preferían que el paso se arriara un poco más lejos. Tal era así que en la Carrera Oficial, algunos abonados de avanzada edad, daban propina al capataz de turno para que no detuviese el paso ante sus sillas, por no verla, cara a cara, antes de tiempo. Y dicen ( puede que esto sea una leyenda) que el año que el capataz recibió más propinas, el paso de La Canina se hizo la calle Sierpes de un tirón, a paso de mudá, con paso largo y levantao... ¡Con lo larga que se hace esa calle, Dios mío, lo que pasarían esas criaturitas de debajo der paso!...¡Se les haría interminable er tránsito!...¡Me hubiese gustao verlo!...¡El cielo se ganaron a pulso aquellos hombres en aquella dura jornada!

Sólo espero que el esfuerzo de aquellos buenos costaleros fuese recompensado por su capataz, con el reparto equitativo de aquellas antiguas dádivas del miedo...


"A SE DIVIDEBAT NUMMOS, TIMENS NE ADVENTU MORTIS PRAEOCUPARETUR"


Como soy bueno, traduciré:


"Repartía dinero de su peculio particular, temiendo ser sorprendido por la llegada de la muerte"... ¡Ahí quedó!



(Texto publicado en la web cofradespasionensevilla el 6 de Marzo de 2009)



Apostilla poética: "Y la muerte no tendrá señorío..." Dylan Thomas.

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