En los jardines de la Real Capilla del Calvario en Jerez de la Frontera a los pies del monumento al Sagrado Corazón existe un jardín en el que el paso del tiempo se ha detenido, y allí ha recreado y conformado un espacio único. Entre los rosales, los naranjos y las zarzas se encuentran unos preciosos azulejos de viacrucis que pintó el ceramista García Cabrera en la 1.ª mitad del S. XX.
Pasear en aquel entorno, junto a la Real Capilla del Calvario donde se encuentra la Hdad de la Piedad de Jerez, donde una gruta replica la de la Virgen de Lourdes, junto a un enorme monumento al Sagrado Corazón construido en los años 20 del pasado siglo (los azulejos de García Cabrera estaban ya en aquel lugar) es una experiencia que te traslada en el tiempo, y valoras el sabor tan especial que tienen las cosas que perduran e insisten calladamente. Diría incluso que hoy de forma más fuerte porque el paso del tiempo, las grietas, los desconchados, el lugar, todo ello le ha otorgado una belleza incuestionable que seduce igual o más que hace un siglo a quienes entonces lo vieron por vez primera.
"Acércate y mira, mira dentro de los árboles... (A forest, The Cure)"
A mi abuela Rosario que tantas veces cruzó de niña por aquellos jardines, de su corral de los Barro Buzón, al Cuartel de Caballería, al parque del Tempul, a la gruta de la Virgen de Lourdes, a la Real Capilla del Calvario... gracias abuela por contar y dejar escritas estas cosas de tu infancia.
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